Si antes pensaba que envejecer con alguien (bien) era la-oblea-en-la-copa-melba
de una vida feliz, desde que trabajo en el consultorio, observo anonadada una escena que pobló mi escueta imaginación sobre ese futuro lejano, que a mi entender es la-ventanita-del-obelisco* del romanticismo cotidiano: sacar turno compartido con el geriatra.
Creo que mi próxima declaración de amor (que por ahora tiene fecha y destinatario incierto**) será algo así como: “quiero llenarme de canas con vos (aunque prefiero que esto sea en orden consecutivo, teniendo vos el primer turno)... y, si algún día llega a hacer falta, cambiarte los pañales”***... (pero como sospecho que esta declaración podría dar pie a una huída inmediata del destinatario, comenzaré a pulirla en mis ratos de ocio pa estar preparada).
*Sí señora, estoy hecha una enciclopedia de metafóras saturadas en contenido mersa; es que el amor (?) me pone así (¿?).
**lo que no es incierto: que será completamente a destiempo y adoptando una forma rayana en el patetismo (cuando no, directamente estrolada en el patetismo).
***luego surgió algo así como "quiero cambiarte la bolsa de colostomía si algún día tenés un ano contranatura"... pero me parecó que era irse un poquito (más) al joraca... como la remera de "quiero llenarme de tí" :P
3 comentarios:
Siempre me pregunté si entrarle a bolsa de colostomía puede considerarse sexo anal.
Mmm creo que no. Calculo que se consideraría una parafilia... ¿colostomifilia?
Entonces es el famoso "palo y a la bolsa".
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