Por suerte, y a pesar de la información del sitio oficial de la gobernación de Jujuy, el carnaval empezó para la misma época que siempre. Así que pudimos disfrutar de todo el carnaval. El desentierro del diablo lo vivimos en Purmamarca y los días subsiguientes de festejos, en Maimará, Tilcara, Humahuaca, Iruya y La Quiaca.
La joda empieza al mediodía, con una comilona importante que conviene no saltear, ya que, aunque preparado con mayor o menor grado de graduación alcohólica, lo que se chupa en estas jornadas, no tiene nombre. Después –y a base de la cantidad de alcohol recién mencionado- hay que mantenerse no solamente de pie, sino bailando, al ritmo de una banda en vivo*. Eventualmente la comparsa sale a florearse por las calles –también bailando y chupando, por supuesto- y por la noche sigue, hasta bien entrada la madrugada.
Todo esto, como no me voy a cansar de repetir, abundantemente regado de chicha –servido en el culo o el gollete de las botellas de plástico de 2 ¼ ltrs.- y vino con coca cola (o la opción barata de turno). Y mi parte preferida: guerra de talco, espuma y serpentinas. Por supuesto, se trata de enchastrar a la gente del sexo opuesto –cosa que traté de inculcarle a mi hija fervientemente, enchastrando a cuanto peludo ví (es más satisfactorio llenar cabellos y/o barbas, ya que una estima que será más dura de eliminar la roña de ese modo... jeje).**
En Purmamarca y Tilcara la cosa es un poquito más tradicional... ahora en Maimará, como diría Crónica, “estalló el carnaval”: ahí tocó “Damas gratis” y “Bandy2” entre otros (el único que conocía yo era el primero que mencioné). Y en San Salvador y Humahuaca se presentó un consagrado***: “Adrián y los dados negros”. Los afiches de “Bienvenido Adrián y Los Dados Negros a Jujuy”**** tapizaban todas las paredes de las calles “céntricas”.
Y la boluda andaba buscando dónde tocaba Tukuta con los hermanitos Tolaba y Fortunato Ramos...
*Creo que ahí es donde podría haber cumplido con mi fetiche de los músicos -estuve lerda, o guardándole fidelidad, quién sabe por qué, a alguien que es más ciclotímico que yo-. Es fantástico: un gran porcentaje de la población toca algún instrumento; y las bandas de las comparsas, por más que sean bandas de pueblos chicos, tienen muchísimos vientos, redoblantes, y hasta acordeones.
**Mi hipótesis –completamente infundada y caprichosa- es que, la enchastración del sexo opuesto depende también del grado de belleza que se encuentre en la persona. Cuanto más lindo/a, más querrán enchastrarlo/a. Digo, como pasar por la puerta de Cemento en las primeras épocas y sentirse una diosa si te volaba algún escupitajo.
***No sé si hablar en plural o en singular... ¿los dados cuentan como personas?, ¿y Adrián?, ¿Adrián es a los dados negros como Patricio Rey a los Redonditos de Ricota?
***Me hacía acordar a los avisos de los canales de tv tipo “Bianvenido David Bisbal a la Argentina”. Se les pasó eso de “artista exclusivo de...”.
2 comentarios:
Coincido con la enchastracion. Mientras mas te guste mas lo enchastras. Siempre.
Buenísimo. Dame un rato que lo planteo con términos más sofisticados y nos presentamos para una beca del conicet, así nos pagan por carnavalear. jeje.
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