Han empezado los calores; y aunque lo difícil es pasar el invierno sin una bolsa de agua caliente -o un peludo, en su defecto*- y eso ya ha sido logrado con relativo éxito**, no vendría nada mal hacer una autocrítica de las técnicas de seducción que he venido utilizando, que evidentemente, no son las mejores.
Creo no equivocarme al decir que, en líneas generales, todo puede ser reducido a la eterna lucha entre remar o no remar. A continuación, los casos particulares:
El abordaje (remo):
Phim (peludo hacedor de instrumentos musicales): después de observarlo toda la tarde, tras unos anteojos de sol prestados exclusivamente para tal fin y de notar mucho tiempo después que estoy "leyendo" mi libro al revés, tomo coraje -resignada porque obviamente Phim no ha notado mi existencia- y me acerco, con papelito con teléfono y dirección de e-mail (?) en mano.
¿Cuál es mi frase seductora-canchera-gatuna? "Hola, yo no toco ningún instrumento, pero... si querés un día llamame y te invito a salir" (?)
Por supuesto, Phim no se puso en contacto ni para gastarme.
Me doy cuenta que me tienen ganas (no remo):
Pia (peludo con intenciones alimenticias) responde a mi "ah noooo, yo no estoy para dietas, a mí no me prohíbas la mondiola que rompo todo" con un "¿dieta vos? si no te hace falta; así estás bien".
Pienso: claramente me está dorando la píldora... o es ciego.
La invitación (no remo, remo):
Pia (peludo con intenciones alimenticias) ya ha encontrado mi punto débil y, mientras me cuenta que ha cocinado un matambrito con papas, me invita a comer juntos. Yo, en un ataque de pánico y desconcierto***, y después de consultar con mi gurusa espiritual -a.k.a. Guacamole- le contesto, tres horas después, que mejor no, porque lo voy a dejar sin comida para llevarse al trabajo.
(?) Claramente, esto no prosperó, dadas mi escasas habilidad/voluntad para el remo.
Paes (peludo anarco en serio) me gusta demasiado. Para impresionarlo (?), lo invito a mi bar favorito, con el más-copado-de-todos-los-dueños-de-bares-que-hace-el-mejor-ferné-que-cuenta-las-mejores-anécdotas-que-conoce-a-todos-los-borrachos-que-escolacean-los-lunes-a-la-tarde-que-es-al-único-que-le-perdono-que-no-me-llame-mandarina-y-que-me-llame-rubia. Resultado: Paes queda obnubilado con el citado dueño del bar; no así -por transitividad, como planeaba yo- conmigo. Sospecho que más tarde, llevará a alguna peluda a la que quiera obnubilar, a MI bar.
Manteniendo el fuego (no remo ni con las manitos):
Pejota (peludo jovencito) está a muchos kilómetros y, en mitad de la noche, me mensajea. Dice que tiene ganas de verme y se anima a un "¿qué tenés puesto?:$". Respondo: "el buzo de polar del laburo anterior y un pantalón-joggineta... por favor, no te toques (?)".
Mi gurusa sentenciará, más tarde: "vos seguí matando la onda, que un día ni Dr. House la va a poder resucitar".
¿Pero qué conclusión se puede sacar en limpio de todo esto?
...
"¿Que es hora de operarme las tetas?"
...
"¿Camarón que se duerme se lo lleva la corriente?"
...
"¿Me repite la pregunta?"
..
"Ehmm"
...
"Sniff"
...
"¡Paso!"
*que a veces decir "en su defecto" no quiere decir "en última instancia", sino "en todo su esplendor".
**ya que soy mi propio peludo (ah, se hicieron ilusiones, tontonxs).
***dado que hace siglos que un peludo no me invita a nada; y mucho menos sin que yo le acomode varios centros.
6 comentarios:
El mejor filo es la comida...SIEMPRE... y si no le gusta comer seguro garcha mal. (y l@s vegentarian@s huelen a sopa cuando garchan, sepalo)
Conclusión: cocodrilo q duerme es cartera!
bancá que deje de reirme y vuelvo! que grossa sos, loparió..
Bortol: sí, se que lo de la comida garpa... o al menos eso intento con mi baby doll de mondiolas (?)... ahora, lo de lxs vegetarianxs, no se lo podría afirmar.
Guaca: algo más autóctono: mulita que duerme es charango!
Kiki: pegame y llamame irrrrrrma!
¿no te gustan los lampiños?
Sí Criatura, me gustan los lampiños... me gustan más que los que tienen tupido vello por todos lados, pero sucede que "peludo" es un concepto, no un adjetivo. Más adelante lo explicaré (?).
Saludos y gracias por pasar por aquí, che.
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