Los amores correspondidos dan náuseas
su tufillo a felicidad
son insoportablemente burgueses
como la dignidad
-que es algo que se tiene o no-
como me dijo uno mientras me dejaba
parada en una esquina
más desposeída que siempre
"yo lo único que tengo es mi dignidad" -me dijo
¿y qué mierda es la dignidad?
¿porqué yo no tengo de eso?
¿se canjea por un pase de cocaína?
¿si se paga con la SUBE sale menos?
¿la dignidad es una sensación o un tumor?
¿contagia? ¿hay que usarla con forro?
¿te sube las defensas o te las baja?
A mí, la dignidad, me la baja,
me la seca, me la suda, me la exprime,
me la corta, me la... me lame,
me lame una teta (y por qué no, las dos)
¿Sirve la dignidad para justificar algo?
¿la muerte, por ejemplo?
¿por qué es más digno que te haga puré un tren
que morir en un hospital?
¿qué dignidad hay en tener hijos,
en morir pobre, en trabajar?
¿o no es quizá, la excusa para no derrapar,
para no querernos a dentelladas
con amores enfermizos, obsesos,
con urgencias de piel y de engaño?
Dale, boludo, besame. Cojamos acá.
No hace falta que me saques la ropa
pero mordeme, dale,
y no me quieras
que yo no tengo dignidad.
Acá está la entrevista completa a Sabina.
2 comentarios:
Qué bueno!!!
Te envío mi abrazo.
Dani..
Indigno de mi
que me quito la ropa,
la doblo y libre de lastres
el despelote es total...
indigno de mi
que trabajo en un hospital
y derrapo en los pasillos
detrás de tu olor...
indigno de mi
que respondo...
J
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