lunes, 25 de abril de 2011

Muerte a los pelados*

El cabello siempre tuvo algo.
Miento, no siempre. 
Desde aquel de la larga cabellera de ranquel con olor a head & shoulders de menta.
Desde aquel, he sabido por qué los hombres cierran los ojos para olerme el pelo, por qué suspiran cuando lo hacen, por qué lo apartan discretamente cuando el humo de algún antro se impregnó en él.
Desde aquel, yo también huelo, me hundo, acaricio, peino, repaso con la yema de los dedos -que es una actividad mucho más sutil que el peinar, posible hasta en el cabello enredado, posible hasta en los dreads, posible hasta en los rulos endiablados-, trenzo, admiro, sonrío con los ojos cerrados, trato de imprimir en el recuerdo la imagen olfativa de sus cabelleras. 
Desde aquel para quien ni en mi furia más gástrica pude desear la calvicie.
Desde aquel, tengo una -modosa, atemperada, no homicida- grenouillidad que me lleva a gustar del cabello tanto como del modo de hablar, de besar, de garchar. Tanto como de la ideología anarca, el humor -negro, preferentemente-, la sensibilidad, la capacidad de belleza.
Desde aquel, me relamo imaginando cómo esos pelos oscuros y gruesos de éste otro quedaron en el cepillo del baño. Me relamo imaginándolo frente al espejo a la mañana, mirándose y peinando hacia atrás para ponerse la vincha. Me relamo** imaginándolo mojarse las manos para ayudar a bajar la cresta que el sexo de la noche anterior se empeña en erizar. Me relamo imaginándolo. 
Pero desde aquel, más me relamo imaginándome cepillo***.


(¿El del palco en 0:55 es Berlusconi? really?)


*Este título ganó por votación -votamos mi exageración y yo- frente a "Si éste es el marco de la cara, enmarcame toda y llamame Martha", "Un pelo de señor tira más que una yunta de bóvidos", "Luca, vos me hubieras llamado rubia tarada, ¿qué te venís a ofender ahora?", "Pelado Peludo, peludo, pelimplompludo" y "Roberto, sacá turno en Schwanek".
**A esta altura necesito una almohadilla mojadedos, porque la insalivación no da pa tanto. :P
***Se me acaba de ocurrir otro par de títulos potable: "Cepíllame otra vez" (con música de Azúcar Moreno) y "Si este escrito fuera un chiste de Matías Alé, ¿cómo remataría?: Le echa la culpa a Aquel por su fetichismo".

5 comentarios:

Bugman dijo...

¿Cómo que "muerte"? Mi estimada señorita, merezco, si acaso, su indiferencia, pero por favor, déjeme vivir tranquilo, que no le hago mal a nadie. Que no se lo merezca.

Lunaticmamma dijo...

Oh! Creo que es la primera vez que disiento y dado que éstos son casos excepcionales estoy casi obligada a votar (?!) en favor de aquéllos pelados que usted desmerece. Es bueno encontrar las diferencias, usted querida Juicy, siga enredando sus dedos en cabelleras ajenas, a mi me alcanza con mi incontrolable melena.

Milu dijo...

Jjajaja que copado.

Juicy dijo...

He revisto mi condena de jihad contra los calvos (pensé... "pobre carlos, ya bastante con la parálisis facial..."). Ah sí, y también pensé en los pelados buena onda como Bugman, y en que las señoras que desdeñan las melenas ajenas (más para mí). Si bien no será condonada, será reemplazada por el eterno juego mental de colocarles peluquitas imaginarias.
(Sospecho que la risa de Milu ha sido una risa nerviosa después de estos momentos de tensión dramática) (?).
Saludos a todos, todas y todis.

CATTO dijo...

Opino exactamente lo mismo para las minas de pelo corto o peladas.

(y ahora me acordé que existe este libro: http://www.taringa.net/posts/ebooks-tutoriales/7103473/Cien-Cepilladas-antes-de-Dormir---Libro-PDF.html) :P