Las vacaciones... fantásticas... pero ya terminaron. Regresé el domingo, justo para bañarme, comer los sacrosantos ravioles en lo de la nona y ver a mi reciente sobrina. Al día siguiente llegó el cachetazo: es que con dos personas de vacaciones en el laburo, la cosa no empezó tranquila; además, en el glamoroso rubro de los artículos de librería, febrero es temporada alta (¿) y toda la gente se pone del orto porque las mochilas y los lapicitos no les llegan ya (aunque los niñitos comiencen las clases en 15 días recién).
En fin; concluyo que no fueron suficientes. Aquello del cambio de ritmo de las actividades, de la necesidad de comunión con la sociedad y del descanso de la misma... ¡tenía razón Mauss!* Pero él habló de variaciones estacionales... ESTACIONALES... y yo con 14 días no cubrí mi estación de descanso de Buenos Aires.
Todavía no tuve tiempo de mandar ni un c.v. para cumplir con mi meta de este año de cambiar de laburo; tampoco para aprovechar el servicio que inauguraron Rubia Lulú e Iota.
Y encima, no desaparecieron mágicamente mis obligaciones: todavía tengo que hacer los trabajitos de seminario que adeudo. Sí, es lo último, y más pavo de la carrera. pero los colgué desde hace rato; y sí, también sé que puede ser la famosa crisis de qué hago cuando me reciba –sobre todo con mi útil título-, (no necesito regalarle dinero a ningún psicólogo para darme cuenta que en vez de ponerme a hacer eso, estoy escribiendo en el blog). :p
... más arriba: anécdotas de las vacaciones...
*Marcel Mauss no fue un mimo, sino un sociólogo; sobrino de Durkheim para más datos–la parte de los chismes es la que más me gusta; algún día escribiré una recopilación de chismes de grandes pensadores... y me haré famosa y la juntaré en pala, como Felipe Pigna-.
El relato etnográfico sobre las variaciones en los esquimales, para los pelos (y no de terror): parece que laburan todo el verano en condiciones terribles: un frío de cagarse y peligros tremendos en la caza de ballenas... pero en invierno se ponen las botas: cierran las casas bajo tierra, apagan la luz –no es cuestión de malgastar el aceite... y además pa las fiestas negras es conveniente- y partuza colectiva los 3 meses para mantener el calorcito.
En fin; concluyo que no fueron suficientes. Aquello del cambio de ritmo de las actividades, de la necesidad de comunión con la sociedad y del descanso de la misma... ¡tenía razón Mauss!* Pero él habló de variaciones estacionales... ESTACIONALES... y yo con 14 días no cubrí mi estación de descanso de Buenos Aires.
Todavía no tuve tiempo de mandar ni un c.v. para cumplir con mi meta de este año de cambiar de laburo; tampoco para aprovechar el servicio que inauguraron Rubia Lulú e Iota.
Y encima, no desaparecieron mágicamente mis obligaciones: todavía tengo que hacer los trabajitos de seminario que adeudo. Sí, es lo último, y más pavo de la carrera. pero los colgué desde hace rato; y sí, también sé que puede ser la famosa crisis de qué hago cuando me reciba –sobre todo con mi útil título-, (no necesito regalarle dinero a ningún psicólogo para darme cuenta que en vez de ponerme a hacer eso, estoy escribiendo en el blog). :p
... más arriba: anécdotas de las vacaciones...
*Marcel Mauss no fue un mimo, sino un sociólogo; sobrino de Durkheim para más datos–la parte de los chismes es la que más me gusta; algún día escribiré una recopilación de chismes de grandes pensadores... y me haré famosa y la juntaré en pala, como Felipe Pigna-.
El relato etnográfico sobre las variaciones en los esquimales, para los pelos (y no de terror): parece que laburan todo el verano en condiciones terribles: un frío de cagarse y peligros tremendos en la caza de ballenas... pero en invierno se ponen las botas: cierran las casas bajo tierra, apagan la luz –no es cuestión de malgastar el aceite... y además pa las fiestas negras es conveniente- y partuza colectiva los 3 meses para mantener el calorcito.
6 comentarios:
fuerza compañera se que ud puede, no queda otra que retomar, saludos
Oiga... todo muy lindo, hermosa catarsis. Pegue dos gritos, tres trompadas, algún rosario de puteadas (si todo esto es a alguien que odia, mucho mejor) y peguese un baño caliente. Cualquier cosa me chifla y la alcanzo la toalla.
PD: pregunta... como llego a eskimalandia y que día arrancan esos benditos tres meses?
Qué te ata a los lapicillos que no mandas los benditos cevés para salir de un curro que, a todas luces, detestas?
El camino del cielo está empedrado de resumes enviados! :) te lo dice quien sabe... y que disfruta de más de 14 días vacacionales... a fuerza de enviar resumes!
Bienvenida a la realidad, Juicy.
Y para recibirte con todos los honores que corresponden, quería avisarte que has recibido un premio (nada de plata, puros bits).
Cuando quieras, pasá por Cattópolis a retirarlo.
Un beso.
Y suerte con los C.V...
Ni me digas estoy que me acrimino en mi oficina... necesito salir de vacaciones y solo estoy a horas de lograrlo vivo y sano.
Gracias, RAta. Voy a hacer fuerza, pero moderadamente... ¡a ver si me estresso!.
Naimad: haré todo eso que me recomendó. Lo de la toalla lo vemos más adelante, mejor.
Con respecto a esquimalandia: créame que no es el único que quiere darse una vueltita. Jejej.
Lama: la respuesta es: mi dejadez. Lentamente, pero este año pego el salto (?).
Catto: qué barbaridad. Pensé que había algo de metálico (sobre todo ahora que escasean las monedas)... Pasé por su República Separatista y he visto su regalo. Se lo agradezco mucho... cuando me ponga las pilas haré todo lo que dice ahí. Besos.
Fuerza, Marcos. Pero recordá que la vuelta va a ser peor... yo que vos no me iría -"envidiosa", dilo, dilo- je. :P
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