lunes, 27 de septiembre de 2010

Las leyes del mercado

Para las que no entendemos mucho de marketing, lograr cotizar -en un puesto del ranking modesto, eh, tampoco la pavada- en el mercado femenino, es una carrera siempre al límite: o bajamos el precio, o dejamos que el producto junte polvillo* en la góndola del super.
Por eso, a mi entender, una cuestión fundamental es captar cuál es la demanda puntual y desarrollar una estrategia de venta que presente el producto como si fuera aquello mismo que se está demandando.
Continuemos pues, con este cursito acelerado**: (aceleramos, ponemos marcha atrás porque nos pasamos y finalmente regresamos a este punto sin la más puta idea de cómo se llegó a la siguiente conclusión): la demanda pide "minita". Y cometés el error comercial de tu vida: vos te preparaste para compañera, amiga o contendiente intelectual (?), y sabiendo que tu producto es superior, salís a ofrecerlo al mercado inocentemente. Cagaste***. Te sentís como abriendo un lave-rap cuando ya todxs hicieron-su-agosto, en-septiembre-cerraron-antes-del-decline, y en-octubre-estaban-abriendo-el-parripollo-con-cancha-de-paddle; mientras ruedan las matas de ruda como en el far west en tu lavadero****.
¿Qué hacemos?
Rogamos que la mano invisible de Adam Smith (o de algún otro ñato), baje la demanda de minitas de un hondazo, frente a la desmedida oferta que estamos teniendo.
Eso es facilista, y fantasioso*****, así que a apechugar******, porque la idea tampoco es bajar los estándares de producción, sino ofrecer el producto en el rango de la demanda, reservando como sorpresa el plus de calidad.
Finalmente, poniéndolo en términos prácticos que hasta una minita entendería: Alberto va al chino a comprar un vino; como no sabe muy bien qué elegir, va por el Toro "tiene linda etiqueta, no me va a costar mucho, no requiere que yo conozca de vinos, todos lo llevan... debe ser bueno... un negoción". Pues bien, resulta que el chino anda en transa con los piratas del asfalto, que le consiguieron unos Nieto Seretiner que queman, tienen que volar rápido, entonces chino lo pone al mismo plecio quel tolo. Alberto mira el precio, mira el lugar en la góndola y se dice "es lo mismo, lo llevo". Y la moraleja es: Alberto se llevó un Nieto por el mismo precio de un Toro; y tal vez no hoy, no mañana, pero en algún momento notará gratamente la diferencia... y el Nieto no se quedó solito en el sector vinos, mientras los Albertos prefieren los Toros... la suerte existe, sólo si le tocamos el culo con la mano de Adam Smith (?).


(ok, la canción no tiene nada que ver, pero torciéndola un poco contiene el mensaje de no dejarlo ser -o no dejarse estar-... o cuidar los slips, qué se yo)

*qué caprichosa esta metáfora, que señalando la acumulación de polvillo, implica justamente lo opuesto: la falta del mismo.
**una versión ampliada pero no corregida, con comparaciones más procaces y descripciones más floridas se puede conseguir en cd rom (?), depositando una suma indecente en mi cuenta de banco.
***o andá pensando en declarar la quiebra sería más correcto al tema... o... fijate si podés armar un combo con un par de loco-lope a ver si algún comprador compulsivo agarra viaje.
****esa sensación de que a vos nunca te llega el auge ¿viste?.
*****a calzón quitado, señoras: la mano regulación automática del mercado son los padres.
******lo estoy repitiendo post tras post -decir post pos post no quedaría bien, ¿no?-en una suerte de ejercicio virtual de pectorales, a ver si por lo menos en la virtualidad me vuelvo pechugona.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Nota mental. Categoría "hondo contenido humano, como diría Dolina" o "a las pruebas me remito"

¿Por qué nos resultará tan complicado hacer el saltito de abstracción y notar que, así como al cruzar Rivadavia a la altura de Reconquista sin ningún respeto por el semáforo aunque en masa, se logra detener el tráfico de autos -por más derecho de paso que tengan-, igual fuerza podríamos obtener de actuar colectivamente para impedir que avasallen nuestros derechos por ejemplo? ¿eh?

jueves, 2 de septiembre de 2010

Nota mental. Categoría "lo que me dejó la virtualidad" (o "lo que la virtualidad se llevó")*

Uno de los (pocos) pros de la herramienta Facebook es la información de estado civil: es mucho más fácil que sea el caralibro el encargado de decir Mandarina Rabiosa "tiene una relación"**, que tener una que explicarle a un muchacho que no te atrae, pero que lo encontrás recopado y que te cae bien (un perfil fan, digamos). La traducción a relacionamiento-virtual básico es: soy tan pelotuda que no se cómo decirte que no da para concretar nada, así que me invento un señor imaginario (con el que, por su misma entidad imaginaria, tampoco concretaré, claro está).


*Para qué buscar un motivo intelectual, si es la sed -necesidad fisiológica- la que nos hace ver el vaso medio lleno o medio vacío, nos hace decir: ¡medio vaso para escabiar! o la puta, sólo medio vaso para escabiar.
**ah sí, veo la paja en el ojo ajeno*** , pero al mismo tiempo me hago cargo, lo que me vendría encontrando en un estadío de gataflorismo reflexivo.

***o el ojo en la paja ajena, que para el caso sería lo mismo, pero tiene un toque más Café-Fashion.